Las calzas dentales, también conocidas como empastes, son uno de los tratamientos más comunes en la odontología moderna. Estas pequeñas restauraciones dentales tienen un papel fundamental en el cuidado dental, ayudando a reparar dientes dañados por caries, fracturas o desgaste. A través de las calzas, se puede restablecer la estructura, la función y la apariencia natural de los dientes, previniendo problemas más graves a largo plazo.
¿Qué son las calzas dentales?
Las calzas dentales son materiales que los dentistas utilizan para rellenar cavidades o áreas dañadas en un diente después de haber removido la caries o tejido afectado. Estas restauraciones permiten que el diente recupere su forma y función normales, evitando la progresión del daño y el posible desarrollo de infecciones.
Las calzas pueden estar hechas de varios materiales, incluyendo amalgama, resina compuesta, porcelana o incluso oro. La elección del material depende de varios factores, como la ubicación del diente a tratar, las preferencias del paciente y las recomendaciones del dentista.
Tipos de calzas dentales
Existen diferentes tipos de calzas dentales, cada una con sus propias ventajas y desventajas:
Amalgama de plata
Este tipo de calza es conocido por su durabilidad y resistencia. La amalgama de plata ha sido utilizada durante más de un siglo debido a su capacidad para soportar fuerzas masticatorias, lo que la hace ideal para los dientes posteriores (molares). Sin embargo, su color plateado la hace menos estética, especialmente en dientes visibles al sonreír.
Resina compuesta
Las calzas de resina compuesta son populares debido a su capacidad de mimetizar el color natural del diente. Esto las convierte en una opción estética ideal para los dientes frontales o visibles. Aunque no son tan resistentes como la amalgama, los avances tecnológicos han mejorado su durabilidad, haciéndolas adecuadas para casi todas las áreas de la boca.
Porcelana
Las calzas de porcelana, también conocidas como inlays o onlays, son extremadamente resistentes y estéticamente agradables. Son una excelente opción para aquellos que buscan una solución duradera que también se vea natural. Sin embargo, estas calzas suelen ser más costosas y requieren al menos dos visitas al dentista para su colocación.
Oro
Aunque menos común hoy en día, las calzas de oro son muy duraderas y bien toleradas por los tejidos gingivales. Son una opción costosa y su color dorado las hace poco estéticas, pero pueden durar décadas sin necesidad de reemplazo.
Proceso de colocación de calzas dentales
El proceso de colocación de una calza dental generalmente implica los siguientes pasos:
- Diagnóstico: El dentista examina el diente afectado y toma radiografías si es necesario para determinar la extensión del daño.
- Preparación del diente: Se administra anestesia local para adormecer la zona, y el dentista procede a eliminar la caries o el tejido dañado utilizando herramientas especializadas.
- Colocación de la calza: Una vez que el diente está limpio, el dentista coloca la calza, modelándola para que se ajuste perfectamente al diente. La calza se endurece utilizando una luz especial si es de resina compuesta, o se cementa en su lugar si es de porcelana o metal.
- Ajuste final: El dentista pule la calza y ajusta su forma para asegurarse de que no interfiera con la mordida del paciente.
Cuidados posteriores y durabilidad
Las calzas dentales requieren un cuidado similar al de los dientes naturales. Es esencial mantener una buena higiene oral, que incluye cepillado, uso de hilo dental y visitas regulares al dentista para evitar futuras caries y garantizar que la calza permanezca en buen estado.
Con el cuidado adecuado, las calzas dentales pueden durar muchos años. Las de amalgama y oro suelen durar más de 15 años, mientras que las de resina compuesta y porcelana pueden durar entre 7 y 10 años, dependiendo del uso y cuidado.
Las calzas dentales son una solución efectiva para restaurar dientes dañados, permitiendo que los pacientes mantengan una sonrisa funcional y estética. Con una variedad de materiales disponibles, los pacientes pueden elegir la opción que mejor se adapte a sus necesidades y preferencias. No dudes en consultar con tu dentista para determinar cuál es la mejor opción para ti, asegurando que tus dientes permanezcan saludables y fuertes por muchos años.